En este caso, al igual que en todas las exhibiciones de carácter similar, todo depende de la pericia y de la actuación inteligente de quien intente el truco. Debe saberse su parte a la perfección, de modo que pueda hacer el truco sin la menor vacilación, mientras convence a sus espectadores, con la ayuda de una charla incesante, de que el truco es simplÃsimo, y que cualquiera puede hacerlo si es que no es un cabeza de alcornoque o un tonto sin remedio.
En realidad, parece tan simple que casi todo el mundo aceptará la invitación de ponerse en pie y someter a prueba su sobriedad demostrando con cuanta rapidez puede llevar a cabo la treta, y allà es cuando comienza la diversión, porque noventa y nueve sobre cien serán desÂcalificados.
El problema está enunciado debajo de la ilustración. Un movimiento consiste en alzar dos copas vecinas y, sin intercambiarlas, llevarlas juntas a otro lugar sobre la lÃnea. Las copas están numeradas para facilitar la descripción del procedimiento.