Máquina de coser

Página 1 de 1

La industrialización en el siglo XVIII trajo consigo la mecanización de la hilatura y el tejido, pero la milenaria tarea de coser seguía efectuándose a mano.

En el siglo XIX se perfeccionó la máquina de coser, primera de muchas otras máquinas destinadas a aliviar el trabajo doméstico que desarrollaría además la industria de la confección. La clave de la máquina de coser fue una aguja con el ojo junto a la punta que podía pasar un bucle de hilo a través de la tela sin necesidad de introducir la aguja entera. Fue inventada por el alemán Balthazar Krems, operario de una fábrica de géneros de punto, que construyó en 1810 una máquina para punto de cadeneta. La aguja subía y bajaba al girar una manivela y pasaba un bucle a través de la tela, que era atravesado por el siguiente para sujetarlo.

En 1830, el sastre francés Barthélemy Thimonnier construyó una máquina parecida para punto de cadeneta que constituyó un éxito comercial. Estableció una fábrica en París con 80 máquinas para confeccionar uniformes para el ejército, pero las máquinas fueron destruidas en 1831 por una manifestación de sastres que temían por su subsistencia.

Hacia 1833, el norteamericano Walter Hunt (inventor del imperdible), construyó una máquina para pespuntear, accionada por una manivela. Se valía de dos hilos, uno encima de otro debajo de la tela, para formar un punto entrelazado. Una aguja con el ojo en la punta formaba bucles con el hilo superior a través de la tela, y una canilla pasaba el hilo inferior a través de los bucles. Hunt vendió su invento al fabricante neoyorquino George Arrowsmith en 1834, pero por falta de capital no se comercializó.

En 1845, el norteamericano Elias Howe fabricó un modelo más práctico. La tela se sujetaba con unas púas que sobresalían del costado de una tira metálica. Colgaba verticalmente y la aguja curva, que se deslizaba de atrás adelante sobre una palanca movida por una manivela, atravesaba horizontalmente la tela, pero, una vez que la tiraba habían avanzado toda su longitud (unos 18 cm), había que volver a sujetar la tela para poder seguir cosiendo.

Los sastres de Boston William Grover y William Baker habían patentado en 1851 una máquina de coser y fundaron una compañía para fabricarla. El mismo año, Allen Benjamin Wilson, de Michigan, había patentado un dispositivo de gancho rotatorio que cosía a cadeneta con más rapidez. Formó una compañía con un fabricante de hebillas llamado Nathaniel Wheeler. En 1854, Wilson inventó la barra dentada situada debajo de la tela para hacerla avanzar regularmente después de cada puntada.

En 1851, el mecánico de Nueva York Isaac Merritt Singer patentó la máquina de su invención que formaba un pespunte accionada por un pedal. Una rueda dentada hacía avanzar la tela entre cada puntada, y un prensatelas mantenía el tejido en su sitio. La aguja se movía verticalmente.

El socio de Singer, el abogado Edward Clark, inició el sistema de ventas a plazos en 1856. Comprada al contado, una Singer costaba 50 dólares; a plazos, con 5 dólares de entrega inicial y 3 dólares al mes, ascendía a 100 dólares. En 1858 Singer produjo el modelo ligero ??Family?; sus máquinas anteriores habían sido pesados modelos industriales. Singer abrió fábricas en Europa, donde obtuvo el mismo éxito y, cuando murió en 1875, sus empresas estaban valoradas en 13 millones de dólares.

Las industrias del vestido y del calzado crecieron espectacularmente a partir de 1860 e impulsaron el desarrollo de máquinas de coser especializadas, como las que confeccionan ojales. La reducción del tiempo de fabricación hizo descender los precios de la ropa. En 1889 se introdujo el motor eléctrico, pero tardó en instalarse en las máquinas domésticas.

Los fabricantes industriales prefirieron el punto de cadeneta por su mayor rapidez: las máquinas modernas pueden llegar a 7.000 puntadas por minuto y utilizan una bobina de hilo mucho mayor que las máquinas de canilla. Pero este punto resulta inadecuado para el uso doméstico porque si se rompía un hilo podía soltarse toda una costura. La máquina doméstica más moderna de pespuntear está controlada por circuitos de microprocesadores programados por botones sensibles al tacto. Puede coser en zigzag o hacia atrás; hacer ojales y coser botones; zurcir, bordar, realizar calados y jaretas

Página 1 de 1