1.Introducción Una buena parte de los juegos de casino que resultan más atractivos para los visitantes ocasionales pueden ser clasificados como juegos mecánicos. El «keno» es el más popular, ya que ofrece la posibilidad -aunque esta sea sólo un sueño de ganar un gran premio que puede llegar a los 25.000 dólares. Las máquinas tragaperras ejercen una irresistible atracción sobre los visitantes de un casino, sobre todo cuando oyen el tintineo de las monedas que caen en cascada sobre la bandeja cuando sale un premio «gordo» (jackpot).
Quizás el juego de casino más antiguo sea uno de los juegos de feria, la rueda de la fortuna. Se trata de una gran rueda de ocho pies de altura que gira lentamente y tiene sus bordes señalados con varias figuras de dados o con billetes de banco. Los jugadores colocan sus apuestas en un esquema de la rueda y cobran según la frecuencia en que se encuentre el sÃmbolo por el que han apostado (se paga igual que el chuck-a-luck) . El nudo de la cuestión está en que las proporcionalidades son descaradamente injustas. El margen a favor de la casa en todas estas apuestas es como mÃnimo del 12% en las figuras que se pagan a la par, y de un 20 % o mayor en las restantes. Pero ni el jugador de ocasión ni el novato parecen darse cuenta del hecho.
La equivocación más frecuente entre los jugadores de máquinas tragaperras es suponer que cuanto más rato continúen jugando, más cerca se encuentran de conseguir el jackpot, pensando que la máquina concede un premio «gordo» a intervalos determinados; pero en realidad no es asà como funcionan tales máquinas. Al bajar la palanca se ponen en funcionamiento los engranajes que hacen mover las ruedas. Si hay 20 sÃmbolos en cada una de las tres ruedas, existen 20 x 20 x 20 posibles combinaciones, o sea, 8.000. Y dado que el sÃmbolo del premio gordo (jackpot) estará en cada una de las ruedas, las probabilidades de que aparezcan los tres sÃmbolos del jackpot a la vez, son de 1 entre 8.000. Esta es exactamente la probabilidad que tiene de sacar el «gordo» cada vez que usted baja la palanca.
Algunas máquinas están programadas para dar una gran variedad de pequeños premios y sólo algunos jackpots; otras se anuncian como máquinas que pagan altos jackpots, reduciendo la frecuencia de los pequeños premios. Las máquinas tragaperras están programadas con el fin de que la casa retenga una cantidad determinada. Si el beneficio de la casa es del 15%, no importa cómo distribuye la media de 6.800 monedas sobre cada 8.000. Tampoco tiene importancia la rapidez o la lentitud con que usted baje la palanca: la máquina es insensible ante cualquier agente humano, a excepción del mecánico que la programa.