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11.Objetivo de la Subasta
El objetivo básico de cada bando durante la subasta es el de intercambiar información con el compañero acerca de la composición de las manos respectivas, con el fin de alcanzar el contrato idóneo. En general, esto sólo lo puede llevar a cabo el bando mayoritario en PH recuérdese que la baraja contiene 40 PH o ambos bandos cuando estén cerca de la igualdad.

Evidentemente, cuanta mayor sea la ventaja de un bando en PH, mayor será su nivel de seguridad para continuar informándose, elevando al mismo tiempo el nivel de la subasta.

En principio se considerará la subasta desde el punto de vista del bando mayoritario en PH; el intercambio de información con el compañero no se ve perturbado así por la intervención de los adversarios en la subasta, es decir, éstos se limitarán a pasar durante todo el transcurso de la misma. Las perturbaciones que provoca la intervención del bando contrario, y cómo afectan dichas perturbaciones a la subasta, se considerarán más adelante.

Sentados estos supuestos, el objetivo para alcanzar el contrato idóneo será doble:

Establecer la denominación, es decir, localizar una serie de cartas ligadas de un palo común que pueda servir de triunfo para lo cual se requiere un mínimo de 8 cartas entre los dos jugadores o decidir jugar la mano a sin triunfo (éste será frecuentemente el caso cuando no se localice una serie ligada de un palo mayor).

Hay que tener en cuenta que cuando se reúnen 8 o más cartas de un palo mayor, lo mejor será jugar un contrato a ese palo. Lo que importa es el número de cartas, independientemente de su calidad (siempre que la fuerza global combinada de las dos manos sea adecuada). Si no hay una serie ligada a un palo mayor, la mano puede jugarse a sin triunfo o a un palo menor común.

Establecer el nivel, es decir, conocer la fuerza combinada de ambas manos para decidir qué altura de contrato se puede alcanzar.
Para saber qué altura es razonable alcanzar, es fundamental determinar la fuerza mínima necesaria en cada caso (fuerza combinada entre las dos manos), según se expone a continuación:

  • Marca parcial: hasta 24 PH
  • Manga a ST (3 ST): 25-26 PH (a ST no cuentan los PD)
  • Manga a palo mayor (4 corazones o 4 picas): 27-28 PHD
  • Manga a palo menor (5 tréboles o 5 diamantes): 30-31 PHD (por ello suele ser más fácil cumplir 3 ST cuando se liga un palo menor)
  • Pequeño slam (6 x): 33-34 PHD
  • Gran slam (7 x): 37-38 PHD (o sea, casi toda la fuerza de la baraja)

Saber cuántas cartas se tienen a un palo determinado, o cuál es aproximadamente la fuerza combinada de ambas manos, constituye la base del diálogo que se establece en cualquier sistema de subasta. Sea cual sea el sistema adoptado en la subasta pueden enunciarse algunos principios fundamentales:

Mientras el jugador que tiene el turno de subastar continúa en la incertidumbre de cuál es la fuerza de la mano de su compañero (por no haberse éste definido todavía con precisión), su deber será mantener abierta la subasta hasta que uno de los dos tenga los elementos de juicio necesarios para establecer el contrato final.

Cuando un jugador ha definido dentro de límites estrechos tanto su fuerza como su distribución, su compañero, perfectamente situado para valorar las posibilidades combinadas de ambas manos, es el que toma la decisión final.

Si se ha averiguado que la fuerza combinada no alcanza para jugar la manga (objetivo primordial de la subasta), hay que parar el contrato en el nivel más bajo posible, siempre que la denominación sea razonable (recuérdese que en torneos duplicados se obtiene la misma puntuación por jugar 1 ST y hacer una baza de mas que por cumplir 2 ST justos).

Cuando se sabe que hay fuerza suficiente para jugar la manga y no hay posibilidades de slam, conviene cerrar la subasta si también se sabe a qué palo hay que jugar (o a ST). Aquí, de nuevo, no se gana nada con jugar 4 ST si se puede jugar 3 ST (manga) y se hace una baza de más.
Por último, y según los principios enunciados más arriba, se pueden distinguir dos tipos de voces de subasta:

Voces precisas: en las que su autor define su fuerza entre límites estrechos, con lo que el compañero ya puede evaluar con precisión la fuerza combinada de ambas manos. Como consecuencia de ello, estas voces serán pasables.

Voces ambiguas: que admiten un rango muy amplio de fuerza, de manera que el compañero sabe muy vagamente cuál es la fuerza total de las dos manos. Como consecuencia, estas voces serán impasables hasta que alguno de los dos se defina con precisión.

12.Los sistemas de subasta
Un sistema de subasta es el conjunto de significados acordados respecto de todos los cantos que se efectúan durante la subasta por cada pareja para transmitirse información. Aunque cada pareja puede establecer sus propio acuerdos, lo normal es jugar uno de los sistemas existentes, acreditados por el uso.

En todos los casos, los acuerdos entre compañeros han de explicarse en todo momento a los adversarios (los acuerdos ocultos constituyen una grave transgresión de la ética del juego).

En todo el mundo existe un número elevado de sistemas de subasta, al igual que existe un gran número de idiomas. Básicamente, se dividen en dos grandes grupos:

1- Sistemas naturales: llamados así porque la mayoría de los cantos tiene un significado "natural", es decir, proponen jugar la mano a la denominación que se menciona. Con el tiempo, sin embargo, los sistemas naturales han evolucionado incorporando muchos cantos artificiales (o convenciones).

2- Sistemas artificiales: en ellos la mayoría de cantos iniciales de la subasta son totalmente artificiales, es decir, no tienen relación con su denominación. La mayor parte de ellos se basan en reservar la apertura de 1 trébol, la más baja posible y además la que deja más espacio de subasta disponible, para todas las manos fuertes, independientemente de su distribución. Son ejemplos populares de tales sistemas el Trébol de Precisión y el Trébol Napolitano.

A continuación se expone esquemáticamente uno de los sistemas naturales más utilizados en el mundo: el denominado Mayor Quinto (llamado así porque las aperturas al nivel de 1 de un palo mayor picas o corazones prometen un mínimo de 5 cartas a dicho palo).

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