El jugador mano es el que juega la primera carta de la baza, que puede ser cualquiera de las que tiene en su mano. El jugador pie está obligado a:
jugar carta del mismo palo que la carta de salida de la baza (asistir); jugar una carta superior a la jugada por el mano (montar); jugar un triunfo si no puede asistir (fallar).
Las acciones anteriores están indicadas por orden de obligatoriedad y suponiendo que el jugador tenga cartas para cumplirlas. En caso contrario, puede jugar una carta cualquiera (descartar). Es decir, el pie, si tiene carta del palo jugado por el mano, debe jugar esa carta; si tiene varias y alguna de ellas es superior a la del mano, debe jugar la superior; si no tiene carta del palo de salida, debe fallar (jugar triunfo) y sólo en caso de que no pueda asistir ni fallar, por no tener carta del palo de salida ni triunfo, puede descartarse.
Si el jugador mano sale de una carta del palo de triunfo se dice que arrastra. El pie debe jugar (si la tiene) una carta de triunfo superior; si no tiene triunfo superior, jugará un triunfo cualquiera y sólo se descartará si no tiene triunfo.
Si en la baza hay una carta de triunfo, la gana el jugador que lo ha jugado; si hay dos, gana el jugador que ha echado el más alto. 10.La Anotación Si la vuelta es el rey de triunfo, el dador se anota 1 punto de inmediato. Tras terminarse los descartes y antes de la primera baza, el jugador que tiene el rey de triunfo puede enseñarlo y anotarse 1 punto de rey.
En cualquiera de estos dos casos, este punto de rey se anota de inmediato, de modo que, si con ello el jugador que se lo anota alcanza los 5 puntos necesarios para ganar la partida, no se disputan las bazas.
El jugador que gana por lo menos tres bazas se anota 1 punto por la mano. Si hace el robo, es decir, gana las cinco bazas se anota otro punto, o sea, 2 puntos en total.
El dador dará cinco cartas a cada uno de los dos jugadores (en dos vueltas: bien tres y dos, bien dos y tres) y descubrirá la siguiente carta del mazo que indicará el palo de triunfo (la vuelta). Si se trata de un rey, el dador se anotará 1 punto de rey. Alternativamente, puede anotarse el punto de rey el jugador que tiene el rey de triunfo en su poder al inicio del juego de las bazas (en este caso, no puede ser la vuelta, ya que esta carta siempre se queda sobre la mesa, por lo que no puede haber 2 puntos de rey).
El jugador mano, es decir, el no dador, a la vista de sus cartas y de la vuelta, pedirá descartarse de algunas o de todas sus cartas, o bien rechazará esta posibilidad. Si pide descartes, el dador puede aceptar o rechazar esta posibilidad. Pueden realizarse tantas rondas de descartes como los jugadores quieran, mientras queden cartas en el mazo por repartir, teniendo en cuenta que el dador no puede tener la iniciativa, pero tiene la última palabra sobre los descartes.
Terminada la mano, se procede a su anotación y, si ninguno de los jugadores ha alcanzado los cinco puntos establecidos para ganar, se procede al reparto de una nueva mano, ahora por el jugador contrario al que ha dado la última. 12.Penalizaciones Si se observa que uno de los jugadores ha hecho un renuncio, es decir, no ha jugado la carta que le correspondÃa (no ha asistido, montado ni faltado, pudiendo y debiendo- hacer una de estas acciones), los jugadores vuelven a tomar todas sus cartas y se reinicia la mano en la que el infractor debe jugar con sus cinco cartas descubiertas sobre la mesa. Si a pesar de ello, ganara la mano dada la calidad de sus cartas, en caso de haber conseguido el robo sólo ganarÃa 1 punto y aunque haya ganado tres bazas no conseguirÃa nada.
Sin embargo, dada la rapidez con que se juega, en algunas ocasiones sucede que uno de los jugadores no recoge las cartas de las bazas anteriores, que van quedando descubiertas sobre la mesa; en este caso y por la confusión que genera el desorden, no se tendrá en cuenta si el jugador que renuncia es el que no ha recogido las cartas.
Si un jugador mezcla las cartas de sus bazas con las descartadas anteriormente o con las restantes del mazo, o hace cualquier otra acción que no permita la comprobación del juego realizado, pierde 2 puntos.
Como las bazas se juegan muy rápido, algunos jugadores obligan al mano a cantar el palo de la carta que juegan. Si el mano juega una carta de palo distinto al cantado, está obligado a sustituirla por una del palo cantado (si cuenta con ella). Si el pie juega carta del palo cantado, distinto al jugado, no se considera renuncio y puede rectificar libremente la carta jugada o darla por buena, considerando que ha ganado la baza si su carta es superior a la del mano.