Bacarrá

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7. La Mesa y el Sabot
Además de las cartas, hay dos elementos que se utilizan en el transcurso de una partida de bacarrá: el sabot o distribuidor y la mesa. A estos dos elementos se podría añadir un tercero, la gala del croupier, pero ésta es más un accesorio que un elemento del juego. El distribuidor o sabot es un recipiente especial que se utiliza en los juegos de cartas que se celebran en los casinos (black jack, punto y banca, ferrocarril, bacarrá...) para extraer los naipes y distribuirlos entre los jugadores sin alterar su orden. Los naipes se extraen del sabot por deslizamiento, de uno en uno.

La mesa de bacarrá es ovalada, con un ligero corte o hendidura en uno de sus lados mayores, que es donde se coloca el croupier. Frente a él se coloca el banquero, que tendrá a su derecha el primer paño, formado por una serie de departamentos numerados a partir del más cercano al banquero, que llevará el número 1. A la izquierda del banquero estará el segundo paño, que tendrá el mismo número de departamentos que el primero; su numeración será correlativa y se iniciará con el número siguiente al último del primer paño en el departamento más próximo al banquero.

En cada uno de estos paños de la mesa habrá una superficie delimitada destinada a recoger las posturas que se quieran realizar sobre el otro paño. Las apuestas colocadas sobre la raya que separa aquella superficie del resto del paño juegan por partes iguales en los dos paños.

En la parte libre de la mesa hay una primera ranura para las cartas usadas que se llama cesta. A la derecha del croupier hay una segunda ranura en la que se introducen las deducciones en beneficio del casino sobre las ganancias del banquero (pozo o cagnotte). Una tercera ranura (en algunos casos ésta es doble) sirve para recoger las propinas.



8. El Personal de la Mesa
En todos los juegos de casino existen unas personas -empleadas del establecimiento- que realizan tareas auxiliares y de control del juego. Una de las características más peculiares de estas personas es que no usan bolsillos en su ropa de trabajo.

El personal que interviene en el juego del bacarrá lo forma un inspector, un croupier, un cambista y un auxiliar.

El inspector es el responsable del correcto desarrollo del juego. Como delegado de la dirección del casino le corresponde resolver cualquier conflicto planteado en la mesa de juego. También se encarga de llevar una relación de los jugadores que aspiran a ocupar una de las plazas de asiento.

El croupier se encarga inicialmente de la preparación de las cartas para el juego (recuento, mezcla e introducción en el sabot) y, durante el desarrollo del mismo, las traslada utilizando para ello la pala. También calcula e ingresa la cantidad que corresponde al pozo o cagnotte en la ranura correspondiente, guarda las cartas usadas en el cesto y recoge e introduce las propinas en su correspondiente ranura. Asimismo le corresponde mover las fichas de las puestas ganadas y perdidas a través de la mesa y orientar en cuestiones referentes al juego a los jugadores que lo soliciten.

El cambista se sitúa de pie frente al croupier o detrás de éste. Su misión es la de cambiar por fichas el dinero de los jugadores que así lo soliciten.

El auxiliar es un colaborador del personal de la mesa. No puede intervenir en el desarrollo del juego ni en aspecto alguno que tenga que ver con las cartas o las fichas.

9. Banca y Banco
Uno de los jugadores que participan en la partida de bacarrá es el banquero (el que se juega su fondo contra todos los otros jugadores) y tiene la banca (el fondo que sirve para pagar a los puntos sus apuestas ganadoras). Por ello, estos dos términos -banca y banquero- se usan indistintamente para designar a la misma persona.

El banquero del bacarrá es el jugador que arriesga una cantidad contra todos los otros jugadores de la mesa. En muchos casinos un grupo de personas o sindicato tiene la banca permanentemente; uno de sus miembros juega contra los puntos, o bien puede venderla durante una o varias sesiones a algún jugador interesado en ser banquero. Hay que tener en cuenta que, aunque el banquero juega con sus propios fondos, tiene una ligera ventaja frente a los jugadores debido a la mecánica del juego.

En algunos casinos el inspector, a la hora de apertura, anuncia el nombre del banquero y la cantidad del montante. Si no hay banquero, el inspector subasta la banca y la adjudica al mejor postor. Pueden pujar por ella todos los jugadores. Si hay igualdad de pujas, la banca se adjudica mediante un sorteo.

Esta adjudicación puede hacerse por una o varias tallas, a incluso para uno o varios días.

Antes del inicio de la partida el importe de la banca, que sirve para hacer frente a los pagos de las jugadas ganadas por los puntos, debe estar depositado en el casino, que entrega al banquero el correspondiente contravalor en fichas. Una vez iniciada la partida, el banquero puede abandonar la banca después de la primera jugada, pero si gana y se retira no podrá volver a ser banquero en el mismo sabot o mazo de seis barajas.

Se dice que la banca ha saltado cuando no quedan fondos en ella, es decir, cuando el banquero ha perdido todo lo que había puesto en juego al inicio de la partida. En ese caso el banquero debe abandonar la banca o bien puede hacer un nuevo depósito igual o superior al primero. Si efectúa un nuevo depósito puede cambiar de sabot, es decir, sacar las cartas que quedaban en el sabot y preparar otro sabot con seis barajas nuevas.

Cuando un banquero abandona la banca, sea por voluntad propia o por haber perdido, el inspector la ofrece a otro jugador por la misma cantidad inicial. Si nadie la aceptara, se haría una nueva subasta y un sorteo si fuera necesario. En el caso de que no se presentara ningún postor, se daría por finalizada la partida.

La anterior modalidad, en la que el banquero sólo responde por la cantidad que hay sobre la mesa y que constituye la banca, se conoce como banca limitada. Existe otra modalidad, llamada banca libre o banca abierta, en la que el titular ha de responder frente a todas las posturas sin límite.

El casino deduce un 2% sobre las cantidades ganadas por el banquero en cada jugada de la banca limitada, mientras que en banca libre el porcentaje del casino es del 1,25%. Este porcentaje se conoce como cagnotte.

En cada jugada, el banquero anuncia la cantidad que apuesta en ella. Esta cantidad puede ser cubierta por varios jugadores o por sólo uno de ellos. Cuando uno de los jugadores quiere indicar que cubre individualmente la apuesta del banquero lo indica cantando "banco". Puede pedir banco cualquiera de los jugadores, esté sentado o de pie.

10. Las Jugadas
En el bacarrá se enfrentan dos jugadores, uno por paño (o lado de la mesa de juego) contra el banquero. Cada uno de ellos recibe dos cartas. El valor de la jugada se calcula sumando el valor de las dos cartas y despreciando las decenas, es decir, sólo se considera el valor de las unidades. Por ejemplo, si las dos cartas son un seis y un siete, el valor de la jugada es 3, ya que la suma de seis y siete es 13.

Si el valor de la jugada de los jugadores es 8 0 9, se dice que tienen un natural y descubren las cartas. En este caso el banquero sólo gana si tiene un 9 ante un 8 de los jugadores.

Si la jugada de los jugadores vale 0, 1, 2, 3 o 4, deben pedir una tercera carta, excepto el jugador que ha pedido banco, que tiene libertad de pedir la tercera carta o no hacerlo. Si la puntuación es de 5, 6 o 7, los jugadores pueden pedir una tercera carta o plantarse.

Téngase en cuenta que no siempre la tercera carta sirve para mejorar la jugada. Así, si se trata de una figura o un diez (0 puntos), la jugada seguirá teniendo el mismo valor; si el valor de la tercera carta suma 10 con el valor de las dos primeras cartas, el resultado será 0 (bacarrá); si el valor de la tercera carta sumado con la jugada de las dos primeras supera los 10 puntos, la jugada pierde valor. La jugada sólo mejora si el valor de la tercera carta sumado al de la jugada formada por las dos primeras cartas no supera los 10 puntos.

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