El Chemin de fer

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1.Introducción
La característica distintiva del chemin de fer, que significa ferrocarril, reside en que los jugadores apuestan unos contra otros: es una contienda personal. En el bacará, es indiferente que se apoye la mano del jugador o la mano de la banca; en realidad, se apuesta contra la casa, ya que es depositaria de las apuestas, y ésta es lo suficientemente fuerte para cubrirlas todas. El chemin de fer, también llamado chemmy, es muy diferente con respecto a este punto, porque debe ser el jugador que actúa como banca, repartiendo también las cartas, quien cubra la totalidad de las apuestas. La cantidad que el banquero llamado «banco» apuesta, marca el límite para las apuestas que puedan hacer en su contra los demás jugadores. Si el jugador que sostiene la banca apuesta por valor de una cantidad que es pequeña en relación con el dinero que está en la mesa, en ningún caso el total de las apuestas podrá sobrepasarla. Con frecuencia ocurre que la apuesta de un solo jugador iguala a la de la banca, en cuyo caso los demás jugadores únicamente pueden observar el desarrollo de la partida. Por esta razón el chemin de fer es un juego menos dinámico que el bacará, pero en contrapartida es más personalizado, debido a que la contienda se desarrolla directamente entre individuos.

El que los naipes no se deban descubrir de inmediato tras recibirlos y el que en dos casos particulares el jugador disponga de la opción de decidir el juego que más le conviene, dan al chemin de fer un cierto tono de emoción y dramatismo, poco frecuente en el bacará.

El casino obtiene su beneficio quedándose con el 5% del valor de las apuestas ganadas por la banca, el cual se deduce en el transcurso del juego, y no una vez que se han agotado las cartas del zapato distribuidor.



2.Opciones de extracción
La puntuación que se atribuye a las cartas y el valor de cada total son los mismos en el chemmy que en el bacará. Sin embargo, en el chemmy no todas las acciones posibles se llevan a cabo de forma automática dependiendo de la puntuación; como muestra el esquema inferior, se dan dos casos en que el jugador puede optar entre dos acciones opuestas: extraer carta o plantarse, según lo que más le convenga. Aun cuando su correcta utilización requiere de determinada habilidad, esta regla hace que el juego resulte, en cambio, más interesante que el bacará.

Reglas del chemin de fer
Regla para los jugadores
TeniendoAcción
0,1,2,3 ó 4
5
6 ó 7
8 ó 9
Extraer carta
Extraer carta o plantarse
Plantarse
Natural (descubrir las cartas)
Reglas para la Banca
TeniendoExtracción cuando da(*)Extracción cuando recibe(*)Opción
0,1 ó 2
3
4
5
6
7
8 ó 9
Siempre extracción
1-7 ó 10
2-7
5,6 ó 7
6 ó 7



8
1,8,9 ó 10
1,2,3,8,9 ó 10
1-5,8,9 ó 10
Siempre extracción
Natural (descubrir las cartas)

9

4



(*) Cuando el jugador se planta, el banquero extrae carta con 0-5 y se planta con 6-7


3.El juego
La partida se juega en una mesa cuya forma es muy similar a la del bacará provista de asientos para 8, 9 ó 12 jugadores. Por lo general, el juego no comienza hasta que haya un mínimo de 5 ó 6 personas dispuestas a jugar, a diferencia del bacará al estilo de Las Vegas, en el que cabe la posibilidad de que un único jugador sea suficiente para que la casa abra el juego en una mesa. Después de que el croupier haya barajado las cartas, invita al jugador a contarlas con una carta en blanco. Seguidamente, se sitúa otra carta similar en la parte inferior del mazo de barajas para señalar cuándo deberá barajarse de nuevo.

Trazado del Chemin de fer: un croupier situado entre los asientos 8 y 1 dirige el juego, mientras otros dos manejan las apuestas. El recuadro bajo el que se lee Banque está destinado a las apuestas del banquero; el otro (Reliquat), a aquella parte de la apuesta del banquero, si la hay, no abierta para los otros jugadores. En la ranura situada en el centro, llamada panier, se introducen las cartas jugadas; en la otra, llamada cagnotte, las fichas que gana la casa en concepto de su comisión del 5 % del valor de las apuestas ganadas por la banca.


4.El banquero
El primer jugador que asume la banca es el que está situado a la derecha del croupier que se sienta al centro de la mesa y regula el juego. Una vez que el banquero ha depositado sobre la mesa, justo delante suyo, la cantidad de fichas que componen su apuesta, todo aquel jugador que desee apostar en su contra exclama: «¡Banco!» e iguala la apuesta de la banca. En caso de que haya más de un retador, se da prioridad al jugador más cercano por la derecha del banquero, en cuyo calo deberá decir: «Banco prime». Si nadie grita «¡Banco!», dos o más jugadores pueden cubrir parte de la apuesta de la banca; y entre ellos, el que tenga apuesta más alta tiene el privilegio de jugar la mano. Alternativamente, un jugador puede exclamar «¡Avec!», que significa «con» (la mesa), para indicar que cubrirá la mitad de la apuesta de la banca, permitiendo a los demás completarla a su gusto. Pero si un jugador dice: «Banco seul» («sólo banco»), tiene prioridad sobre cualquiera otro. En caso de que los jugadores no lleguen a cubrir toda la apuesta del banquero, los espectadores situados alrededor de la mesa pueden hacer apuestas hasta llegar a cubrir la apuesta del banquero.

Si el banquero gana, debe añadir sus beneficios a la apuesta original, y la cantidad total dedicarla a su apuesta de la partida siguiente. En ella se seguirá el mismo proceso para la adjudicación de las apuestas, con la salvedad de que el jugador que hubiera exclamado «¡Banco!» y perdido su apuesta en la partida precedente, tendrá prioridad sobre los demás. Si desea cubrir de nuevo íntegramente la apuesta de la banca, deberá indicarlo diciendo «¡Banco suivi!», o, simplemente, «¡Suivi!», que significa «sigo».

En ningún caso, el banquero puede retirar parte de su apuesta. Mientras los jugadores se la cubran a la banca, está obligado a jugar. Todo lo que puede hacer es pasar el zapato, pero adoptar esta actitud luego de haber ganado sólo una apuesta sería un signo de debilidad totalmente contrario al espíritu del juego. Ceder el zapato después de tres apuestas ganadas consecutivamente supone hacer un juego razonablemente seguro. Ahora bien, cuando un jugador ha ganado tres veces seguidas, debe sentirse con suerte suficiente para sostener la banca una o dos partidas más. ¿Por qué no? Lo esencial en el chemmy es quedarse con la banca tanto tiempo como sea posible. De hecho, en esa posición se cuenta con un margen de ventaja superior que los jugadores.

En la práctica, dado que las apuestas se duplican cada vez que gana el banquero con el dinero que añade de las apuestas perdidas, ésta crece rápidamente. Empezando, por ejemplo, con 100 unidades, la banca llegará a las 800 (al margen de la comisión del 5% de la casa) después de ganar 3 partidas. Cuando los jugadores cubren una parte de la apuesta banca, el resto de ésta se deposita sobre el recuadro del trabajo bajo el cual se lee Reliquat. Esta suma constituirá para el banquero una recompensa segura si pierde en la siguiente partida. Si los jugadores están haciendo distintas apuestas sobre el trazado, antes de que nadie diga «Banco seul», el banquero puede (si es lo suficientemente rápido) limitar su riesgo gritando: «¡rien ne va plus!» («no va más»). A continuación, la parte de su apuesta que no haya sido cubierta, será separada. Pero si alguien dice «¡Banco!», el banquero debe escoger aceptar entre la apuesta o ceder su puesto a otro jugador. Si, por el contrario, los jugadores desean apostar mayor cantidad de dinero que el apostado por la banca, ésta puede, libremente y en cualquier momento, incrementar su apuesta.

Cuando un jugador abandona la banca, lo cual anuncia al croupier diciendo Passe («paso»), queriendo decir «paso la banca», se entabla una subasta entre los otros jugadores para quedarse con ella. Se queda con el zapato quien ofrezca la cantidad de dinero más elevada que pasará a constituir el capital de la nueva banca. Ahora bien, siempre que el banquero pierde, cede su lugar al jugador que esté situado más cerca por su derecha. El proceso consistente en que un jugador tenga la banca, luego la pasa y grita «¡Banco!» en la siguiente partida con resultados satisfactorios, se conoce bajo el nombre de «golpe real».

Si un jugador apuesta el mínimo o sólo una pequeña cantidad como Banca, otro jugador de la mesa puede ofrecer doblar su apuesta. Si el banquero acepta, el croupier dividirá las ganancias al final.

5.La mano
En el chemin de fer, las cartas se reparten boca abajo y llegan a los jugadores a través de las manos del croupier. Siempre que un jugador reciba un «natural», debe descubrir las cartas inmediatamente. Y cuando solicite carta debe decir: «Carte». Es esencial no descubrir el juego de forma inmediata (recordemos que se puede elegir entre dos acciones cuando se tiene un total igual a 5) y esperar a que el banquero descubra el suyo, ya que si este último presumiera que el total del jugador es 5, con toda seguridad haría uso de su juego opcional pidiendo o no más cartas.

Las cartas solicitadas se sirven descubiertas tanto al banquero como los jugadores, porque la puntuación de la mano que haya determinado la posibilidad de pedir más cartas ya es conocida. En la gran mayoría de casos, el juego se desarrolla de forma automática, como se ha podido comprobar en el esquema anterior. Si se produjera un error en el reparto, conocido como un «faux tirage», el croupier debe examinar las cartas y rectificarlo.

Variación del juego
Una buena táctica, tanto para la banca como para los jugadores, es pedir carta unas veces y plantarse otras teniendo un 5, con la finalidad de confundir al oponente. El jugador que habitualmente pide carta con un 5 es llamado «tireur», el que nunca lo hace «non tireur», y el jugador que varía de táctica «douter». Cuando se está en posesión de la banca, siempre es posible tener un indicio acerca de si el oponente pide o no teniendo un 5 en el comportamiento de éste o en una actitud imprudente de algún espectador. En algunas ocasiones esto contribuye a obtener una mejor puntuación cuando coincide con la posibilidad de hacer uso del juego opcional.

Podría objetarse que es más ventajoso plantarse con un 5, lo que puede calcularse; y aunque en realidad, así es, la ventaja es tan pequeña (1%), que es más estratégico obligar al banquero a que adivine la táctica.

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