Baccarat (bacará)

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1.Introducción
Los juegos baccarat de Las Vegas (o punto banco), baccarat banque y chemin de fer son variantes de un mismo juego original. Aunque hay una gran similitud entre todos ellos, cada uno tiene sus peculiaridades. La característica común a todos ellos es la de que se trata de juegos que prácticamente sólo admiten apuestas fuertes, basados en una simple contienda entre dos oponentes, conocidos como «la banca» y «el jugador». Cada parte va descubriendo cartas de una baraja con el propósito de sumar un total lo más cercano posible a 9. Son juegos que no exigen destreza al jugador y cuyo mayor atractivo reside en que implican la apuesta de elevadas cantidades de dinero y en que el margen de ventaja de la casa es más bajo que en cualquier otro juego de casino. Las diferencias entre estos juegos, que como podemos apreciar no carecen de importancia, se refieren a la forma de conducir la banca.

Los juegos del tipo del bacará se caracterizan también por ser notables pasatiempos sociales, en el sentido de que se desarrollan con gran lentitud y permiten a los jugadores charlar entre ellos o tomar una copa mientras juegan. Todos son populares entre aquellos que buscan espectacularidad a la hora de jugar. El temple y el elaborado ritual que requiere la práctica del baccarat, y del chemin de fer contienen todavía rasgos de una elegancia propia de antiguas tradiciones. Una bella mujer adornada con joyas de gran valor, por ejemplo, no deja de ser consciente mientras esté descubriendo cartas de que es el centro de atención de toda la mesa.

El bacará, conocido en Europa desde hace unos 500 años, ha llegado recientemente a las grandes capitales del juego en Norteamérica en su forma moderna, y sólo algunos de los casinos más importantes lo ofrecen. Como puede suponerse, han adaptado la antigua versión al gusto americano. La casa es depositaria de todas las apuestas, lo cual simplifica el juego y le da fluidez. Mayor importancia reviste la posibilidad de que un jugador pueda jugar por si solo si es necesario.

En el baccarat banque, la casa es también depositaria de todas las apuestas, pero juega contra dos mesas a la vez. El banquero, situado en la confluencia de ambas mesas, se las compone para dar una forma a su juego acorde con las cantidades de dinero apostadas en cada mesa. En el chemin de fer (que significa ferrocarril, por referencia a la manera en que el «zapato» distribuidor pasa por toda la mesa), los jugadores apuestan unos contra otros. La casa dirige el juego y obtiene sus beneficios tomando una parte de las ganancias del jugador que tiene la banca.

En todos estos juegos se cuentan los puntos siguiendo el mismo procedimiento. La banca y el jugador juegan cada uno una mano de dos cartas, con el objetivo de obtener mayor puntuación que el oponente. La mejor mano es la que tenga una puntuación igual a 9; las figuras cuentan como 10, pero su valor efectivo es cero (que es justamente el significado del término baccara en Italia). Los ases cuentan como 1. En este juego no existe la posibilidad de sobrepasar la puntuación solicitada como en el blackjack, ya que el dígito 10 no cuenta como tal. Al margen de las dos primeras cartas, para poder sacar una tercera existen reglas muy precisas.

Un total 9 u 8 es conocido como «natural». En Francia una mano de total 9 se llama «la grande» y una de total 8 «la petite» (la pequeña).

Muestra de manos de Bacará (para todas las versiones)

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