Los Craps: equipo y tirador

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1.Introducción
Entre los juegos de azar que se pueden practicar con dados, el llamado craps se ha erigido como el principal, desde Las Vegas a Montecarlo. Tanto en la modalidad de Bank craps, la usual en los casinos, como en la de Private craps, jugada en barracas de feria y a veces en la calle, es puramente un juego de suerte. El poker con dados se convierte en un emocionantísimo juego de azar cuando da cabida al recurso del «farol». El backgammon ha alcanzado gran popularidad a nivel mundial como juego de estrategia; combina habilidad y azar, y a menudo se apuestan en él considerables cantidades de dinero.



2.Los Craps
En un casino no hay visión más excitante que la de una mesa de craps en plena animación, cuando el tirador se sienta y toda la mesa goza de una buena racha de suerte. Los jugadores apilan sus fichas, y el tirador recoge los dados y los arroja a lo largo de la mesa. El ruido y la excitación aumentan hasta estallar en un grito de júbilo cada vez que se canta el total ganador.

El margen del casino en craps es del 1,4 % en las apuestas básicas y considerablemente más alto en los restantes tipos de apuestas. El ruido y la excitación que invaden la mesa favorecen notablemente a la casa: impulsan a los jugadores a comprometerse más en el juego, a respaldar apuestas más arriesgadas y a probar suerte cuando ésta se ha vuelto en contra del tirador. Dicho de otro modo, quienes continúen jugando después de obtener beneficios acabarán devolviéndolos al casino, pero incrementados.

El margen de la casa, el mismo para todas las apuestas, es muy limitado; más que en cualquier otro juego de casino, sobre todo si se adopta una buena estrategia de juego. Al desatar una gran emoción en los jugadores y ofrecer a éstos la posibilidad de entrar en acción y convertirse en el centro de atención cuando lanzan los dados, el juego de craps resulta particularmente atractivo para el temperamento americano.

El juego se manifiesta un tanto complejo para el principiante y, a pesar de que se haya afirmado que es posible aprender a jugarlo en diez minutos, exige de éste cierta práctica antes de que pueda sentarse a la mesa sin excesiva inquietud. La clave para ganar en dados es el autocontrol: pruebe su suerte cuando tenga la sensación de que los dados se aliarán con usted y ganará (recordando siempre que las probabilidades le son en todo momento desfavorables), y retírese del juego cuando considere que los dados se muestran «fríos» con usted. Naturalmente, la intuición no tiene nada de científica, pero si nos basáramos en las matemáticas ya no jugaríamos a craps.

Aunque hay varias modalidades en el juego, la de Bank craps, en la versión americana, es la más frecuente en los casinos. Se juega con dos dados en una mesa en cuyos bordes, que sobresalen del trazado, se permite a los jugadores apoyarse. Las apuestas se hacen con fichas, situándolas en el lugar apropiado del trazado. Las fichas son canjeadas por un empleado en la propia mesa o, más usualmente, por el cambista. En los dos diagramas se muestran los trazados típicos de las mesas americana y británica, y se ilustran las diferencias más importantes entre ambas. Más adelante dedicaremos un apartado a la modalidad Private Craps (página 7), que se practica fuera de los casinos.
Los trazados de las mesas de craps americanas varían, y es recomendable comprobar las proporciones en que se pagan las apuestas antes de jugar. En la sección central de apuestas, prop box (casilla de propuestas), 5 a 1 (5 for 1), por ejemplo, significa en realidad 4 a 1, y el margen de probabilidades de la casa en esta apuesta, es un prohibitivo 16,7 %. Las apuestas más favorables se indican en color, junto con las proporciones en que se pagan y el margen de la casa.
Las apuestas permitidas y las proporciones en que se pagan en las mesas inglesas están establecidas por la ley. Las apuestas más desfavorables no se permiten y el margen máximo de la casa es del 5,6 %. Se ofrecen mejores proporciones de pago en otras apuestas: las de 7 1/2 a 1 en any craps se pagan 7 a 1 en EEUU. Las diferencias significativas se indican en color.


3.El equipo
El grupo de empleados del casino dedicados a la mesa de craps, llamado equipo, se compone normalmente de un cambista (boxman), un jefe de mesa (stick-man) y dos auxiliares. El jefe de mesa controla los dados con un pequeño palo curvado y, sobre todo, dirige el juego y le imprime ritmo y un ambiente característico con sus instrucciones y voces. Anuncia el resultado de cada tirada de dados, estimula a los jugadores para que apuesten con sus exclamaciones tales como: ¡si no apuesta, no puede ganar!, ¡fácil, fácil!, y anuncia reiteradamente las diferentes apuestas (proposiciones) que se ofrecen (en especial las más favorables para la casa).

El cambista controla la evolución del juego; efectúa todas las transacciones monetarias y resuelve las disputas que puedan surgir. Si se da un desacuerdo importante, se solicita la presencia del supervisor (pit boss) para que decida la solución.
En el lugar reservado para la casa, se sitúan, uno a cada lado del cambista, dos auxiliares, que emplazan y pagan las apuestas a los jugadores de una u otra mitad de la mesa. También sitúan el «buck» en la casilla correspondiente a la suma de puntos que debe intentar lograr el tirador, con la finalidad de que todos los participantes lo aprecien. Trabajan con rapidez y precisión y tratan de ayudar a los principiantes. Conceder una propina al equipo después de obtener una buena ganancia es lo acostumbrado en las mesas de craps.
El buck es una ficha que se sitúa en la casilla apropiada para indicar los puntos que debe intentar obtener el tirador.


4.El tirador
En los craps, uno de los jugadores, sobre el que lógicamente se posan las miradas, tira los dados y el resto apuesta sobre el trazado a los posibles resultados. Algunos jugadores, cuando asumen el rol de tirador, interpretan un elaborado ritual al lanzar los dados: se balancean de un lado a otro, mueven las manos en las formas más variadas o dirigen una súplica mágica a sus dioses de la suerte para conjurar a los dados a mostrarse en la forma que desean. Hágase como se haga, el único requisito que se exige es el de que los dados reboten contra un panel al fondo de la mesa.

Los dados se fabrican con una tolerancia de 0,005 mm, es decir, la máxima diferencia de longitud entre las diferentes aristas de un mismo dado que se permite es 0,005 mm. En cada mesa, el tirador dispone de diversas parejas de dados, entre las que escoge una. Tras haberse preparado, y una vez que el jefe de mesa ha exclamado: «¡Salida!», el tirador lanza los dados a lo largo de la mesa. En la mayoría de los casos, si uno de los dados salta fuera de la tabla de juego, el jefe de mesa o su auxiliar entrega un nuevo dado al jugador, con el objeto de evitar un posible cambiazo.

El tirador continúa en su puesto hasta que pierde con un seven-outcrap, siendo entonces relevado por el jugador más próximo por la izquierda. En caso de que éste no desee tirar, puede pasar su turno. Pero si lo acepta, mientras tire los dados está obligado a apostar la línea de «pasa» o no pasa» además de cualquier otra apuesta que quiera hacer. Por lo general, casi todos los aficionados al juego intentan apostar del mejor modo, es decir, con el tirador, si bien apostar contra él ofrece unas probabilidades de éxito ligeramente superiores.

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