La Garrafina

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La Garrafina

INTRODUCCIÃ?N
Se trata de un juego de dominó muy extendido en España, que se denomina también la cruz por la forma peculiar que adquieren las fichas sobre la mesa. Por lo general, son cuatro los jugadores que intervienen, pero también acostumbra a disputarse entre tres, introduciéndose entonces la variante que exponemos a continuación.

DESARROLLO DEL JUEGO
Participan cuatro jugadores, si bien es posible la disputa entre tres.

* Los jugadores se reparten, en cualquier caso, siete fichas cada uno. El jugador que comienza el juego es aquel que dispone, en la jugada inicial, del seis doble; en partidas sucesivas, el jugador que le sucede por la derecha deberá salir también con un doble; de no tenerlo, correrá el turno hacia la derecha.
* Los jugadores van abatiendo sus fichas, por orden correlativo, frente a la posición que ocupan, formando, cuando son cuatro, una cruz completa de cuatro aspas, y cuando son tres, una cruz incompleta de tres aspas.
* Al colocar las fichas, cabe que llegue el momento en que un jugador no pueda poner otra ficha que complete la secuencia que ha iniciado. Entonces deberá pasar, y la ficha que tenga puesta en su aspa quedará libre y a merced de que prosigan la secuencia los otros jugadores, por el orden que marque su situación por la derecha.
* En consecuencia, los jugadores pueden optar por colocar una ficha en su propia aspa o hacerlo en el extremo del aspa del contrincante que haya quedado libre por su izquierda.
* Por supuesto, esta operación de poner una ficha en el extremo del aspa del contrario es voluntaria, y quedará sujeta a la conveniencia y decisión de cada jugador.
* A la postre, resultará ganador quien logre colocar todas sus fichas antes que los demás, y si la cruz ha quedado cerrada, ganará quien haya acumulado el menor número de puntos en las fichas que tenga en mano.
* Cuando son tres los jugadores se produce la variante que expone­mos a continuación.
* Los jugadores reciben igualmente siete fichas cada uno, quedando apartadas las siete restantes.
* El primero en salir, que será el que disponga del seis doble (o de un doble sucesivamente inferior, si viene al caso) puede optar, si lo cree conveniente, por seguir con el juego que tiene en mano; de lo contrario, una vez abatido el seis doble (u otro doble) puede cambiar sus fichas por las siete que han quedado apartadas.
* También los demás jugadores pueden cambiar sus fichas por las del montón apartado si el primer jugador no ha hecho uso de esa opción.
* En cualquier caso, el trueque de fichas implica doblar la apuesta que se haya establecido, de tal modo que, si pierde, el jugador que haya efectuado cualquier trueque deberá pagar el doble de lo que haya apostado; en cambio, no tendrá mayor recompensa si gana.
* La operación de trueque podrá tener lugar en cualquiera de las partidas, y por cualquier jugador, pero siempre, por lo que al primero se refiere, una vez abatido el doble que forme el vértice de la cruz. Con ello se deduce que este primer jugador carga con el gravamen de perder la mano, ya que dispondrá de siete fichas una vez efectuada la primera tirada, una más que las del resto de jugadores.

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